Hoy hace exactamente 4 años desde que el aire y la luz tocaron por primera vez esas manitas. Unas manitas diminutas que, al salir, se llevaron sin querer mi corazón.
Un corazón que nunca había latido tan feliz antes.
Casi no me puedo creer lo que has crecido desde entonces. ¡Ya eres una niña!.
Tus alas están empezando a crecer. Son curiosas. Nobles. Y están cargaditas de cariño que vas desparramando sin querer.
Hoy te miro y me gusta lo que veo. Me gusta todo de ti.
Me gusta cuando te ríes a carcajadas.
Cuando te oigo decir ¡Chiquitilla!¡Raqueluchi !¡buenos dias!¿quieres una papillita?
Me gustan tus abrazos fuertes fuertes.
Me encanta cuando cada noche, después de leer un cuento con papá en tu habitación, me traes a Raquel de la mano y me dices: "te traigo a tu bebesita mamá" y me plantas el mejor besazo de buenas noches del mundo.
Me gusta cuando te lavas los dientes. Con pasta. Que ya eres muy mayor.
Me gusta verte pintar muñecos con cara supersonriente.
O dibujar todas las letras que se te ocurren para preguntarme luego ¿que he escrito aquí mami? y partirnos de risa cuando te digo "siljtuviwpon".
Me encanta tu olor.
Me gusta lo contenta que vienes del cole y me cuentas lo que has hecho.
Me gusta verte dar la vuelta de campana una y otra vez en la alfombra - esa en la que diste tus primeros pasitos- y darme cuenta de lo pequeños que se te están quedando los pantalones.
Me gusta cuando te enfadas cuando no te sale algo y no paras hasta que lo consigues. ¡Saltar a la rayuela ha sido todo un reto este verano!
Adoro verte dormida.
Me gusta que quieras una bici, un disfraz de superhéroe rosa (con antifaz) y una tarta de galletas con chocolate para tu cumple.
Estoy deseando verte la carita esta tarde tras soplar las velas.
Te quiero mucho gamberrilla. Gracias por hacerme tan feliz
